¿No sabes cuál elegir? En esta nota, te contamos para qué sirve cada uno y en qué momentos aplicarlos
Hoy en día, los usuarios tienen expectativas sobre los productos digitales que los impactan y las empresas deben poder brindarles experiencias digitales óptimas de principio a fin. Para lograrlo, es necesario que todos los productos digitales atraviesen procesos que aseguren su calidad antes de ser lanzados, ya sea a través de un testing manual o automatizado.
Si bien vivimos en un paradigma que busca maximizar la automatización de procesos, es importante comprender la diferencia y las ventajas de cada método, cuándo es recomendable automatizar y cuándo el testing manual sigue siendo el mejor aliado de un buen desarrollo.
El testing es un método que permite comprobar que el código de un proyecto de software funciona como debería. Los analistas de testing implementan procesos que les permiten encontrar defectos (o bugs) en un software y los reportan para que equipos de desarrollo puedan corregirlos. Por ejemplo, si hablamos de la nueva app de un centro médico, este trabajo consistirá en revisar, entre muchas otras cosas, que los usuarios puedan reservar, anular y cambiar turnos sin problemas.
Si tuviéramos que definirlo en pocas palabras, en cualquiera de sus formatos, el testing permite asegurar la calidad de las experiencias digitales que ofrece una empresa, lo que ahorra tiempo de implementación y dinero y prioriza la satisfacción del usuario final. Por eso, los servicios de QA & software testing se han vuelto cada vez más relevantes para las industrias de e-commerce, salud, banca y fintech.